Los aficionados del Valencia CF esperan que Kiat Lim esté en el palco para "cantarle las 40"

Kiat Lim, hijo de Peter Lim
Kiat Lim, hijo de Peter Lim

"El Valencia necesita el apoyo de nuestros fans durante todo el partido para superar todos los obstáculos y conseguir la victoria". Estas fueron las palabras que en su día pronunció Kiat Lim, hijo de Peter Lim y actual presidente del club. Palabras que, en teoría, reflejan la importancia de la afición en el equipo. Palabras que, en la práctica, se quedan vacías cuando el propio Kiat Lim no está en Mestalla para vivir lo que sienten los valencianistas.

Los seguidores del Valencia CF llevan años reclamando presencia, compromiso y, sobre todo, respuestas. No solo exigen fichajes o mejores decisiones deportivas, sino algo todavía más básico: que la propiedad dé la cara. Y el palco de Mestalla es el lugar idóneo para hacerlo. No basta con mandar mensajes motivacionales a la distancia, ni con declaraciones que suenan bien pero que, a la hora de la verdad, no se sostienen con hechos. Los aficionados quieren que Kiat Lim escuche las críticas en primera persona, que sienta el ambiente de Mestalla y que demuestre que de verdad le importa el club.

No se trata solo de estar, sino de actuar

No se trata únicamente de que Kiat Lim se siente en el palco por una cuestión de imagen. Lo que la afición espera es un gesto real que indique que la propiedad es consciente de la situación del Valencia y de su malestar. Que no se limiten a ver los partidos desde la distancia y a tomar decisiones sin comprender la realidad del equipo.

Porque, al final, no es solo un tema de presencia, sino de compromiso. Hace años, Peter Lim apenas viajaba a Valencia, pero al menos autorizaba fichajes y movimientos que mantenían al equipo competitivo. Ahora, ni eso. El club sobrevive con pinzas, sin un rumbo claro, y la sensación de abandono por parte de la propiedad es más evidente que nunca.

El mayor lastre del Valencia CF no es la ausencia de Kiat Lim en Mestalla en sí misma, sino lo que simboliza: una directiva desconectada de la realidad del equipo, sin interés en escuchar a su afición y sin intención de cambiar el rumbo.

Un nuevo presidente sin presencia en su propio club

En cualquier otro club, cuando se nombra a un nuevo presidente, ese momento se convierte en un acto relevante, en una declaración de intenciones. Es una oportunidad para mostrarse ante la afición, para hablar de objetivos, para generar ilusión. En el caso del Valencia, Kiat Lim ha sido nombrado presidente sin estar siquiera en Mestalla, sin atender a los medios, sin dirigirse a los seguidores del club. Un presidente fantasma para un club que necesita liderazgo.

Y esto es lo que realmente molesta a los valencianistas. No es una cuestión de querer verle en el palco por una simple formalidad. Es que su ausencia es la prueba de que el Valencia CF sigue sin rumbo, sin alguien que lo defienda y sin un proyecto real.

Por eso, los aficionados no piden que Kiat Lim venga solo para la foto o para un gesto simbólico. Piden que esté presente, que escuche y que actúe. Porque, sin eso, lo único que queda son palabras vacías. Y el Valencia CF ya ha tenido demasiadas de esas.

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