Jude Bellingham lo vuelve a hacer en los vestuarios y deja ver "lo borde" que es cuando no hay cámaras
Jude Bellingham ha conquistado a buena parte de la afición con su fútbol brillante y su imagen de joven estrella responsable. Sin embargo, detrás de esa fachada pulida, algunos episodios recientes comienzan a revelar un carácter mucho más áspero del que deja ver sobre el césped.
La final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el FC Barcelona sirvió para exponer una actitud que pocos imaginaban en el futbolista inglés. La tensión del partido, especialmente tras el agónico gol de Jules Koundé en el minuto 115, sacó a la luz el lado más explosivo de Bellingham.
En un momento de máxima tensión, el jugador no dudó en encarar al árbitro Ricardo de Burgos Bengoetxea, protestando de manera airada una decisión: "Why? Why? That's so crazy! Fuck off!", le gritó antes de dirigirse al túnel de vestuarios. Ya fuera del campo, lejos de calmarse, siguió manifestando su frustración en voz alta, asegurando que "todo lo que es 50/50 va para su lado", en referencia a las decisiones arbitrales favorables al Barça. Lo hacía en inglés, creyendo quizás que no sería entendido, aunque compañeros como Rüdiger le recordaron que no era así.
La escena sorprendió a muchos, pero no a todos. Ya hace meses, el jugador del Mallorca Pablo Maffeo había advertido en un podcast que Jude Bellingham "no es tan bueno como la gente piensa". Maffeo relató cómo el inglés, lejos de su imagen mediática, tenía gestos despectivos y actitudes poco deportivas durante los partidos: "Iba por detrás", aseguraba el lateral, dejando entrever comportamientos que pasaban desapercibidos para el gran público.
Este nuevo incidente en la final de Copa no hace sino dar credibilidad a esas palabras. El carácter competitivo de Bellingham, una de sus principales virtudes deportivas, también parece tener un lado oscuro que sale a flote cuando las cosas no van como desea. A pesar de su gran actuación individual —con datos espectaculares como un 89% de acierto en el pase y 14 duelos ganados—, su comportamiento empañó la imagen final de su partido.
El talento de Jude Bellingham es indiscutible. Su capacidad para liderar sobre el campo está fuera de toda duda. Pero cada vez son más los que empiezan a preguntarse si, detrás de ese futbolista de élite, no se esconde también un temperamento que, mal gestionado, podría convertirse en su principal enemigo.
De momento, lo sucedido en la final de Copa deja claro que el joven inglés no siempre logra mantener la compostura, algo que, en clubes como el Real Madrid, donde cada gesto tiene una repercusión mundial, puede pasar factura si no sabe controlarlo.