Florentino Pérez aprovechará el juicio por fraude fiscal a Ancelotti para no renovarle

La situación judicial de Carlo Ancelotti ha irrumpido de lleno en la agenda del Real Madrid y, lejos de ser un problema exclusivo del técnico italiano, podría convertirse en una herramienta útil para Florentino Pérez en su estrategia de cara al futuro banquillo blanco. La acusación de fraude fiscal —por la que la Fiscalía solicita cuatro años y nueve meses de prisión— no solo empaña el perfil mediático del entrenador, sino que podría ofrecer al presidente del club una coartada perfecta para justificar una no renovación que ya se venía gestando en la sombra.
Florentino Pérez lleva meses valorando seriamente cerrar el ciclo de Ancelotti, pese a que el técnico sigue acumulando victorias, lidera la clasificación liguera y mantiene al equipo con opciones reales en la Champions League. El gran problema de fondo para el presidente es que los resultados siguen sosteniendo a Ancelotti. Y en un club como el Real Madrid, donde el éxito deportivo suele blindar el banquillo, necesita excusas sólidas para mover ficha sin desatar un incendio mediático.
Ahí es donde entra el caso de fraude fiscal. La citación del entrenador por parte de la Audiencia Provincial de Madrid, prevista para este miércoles, es un asunto que ha vuelto a la primera línea tras la petición de la Fiscalía, que le acusa de haber defraudado más de un millón de euros a Hacienda en 2014. Ancelotti, fiel a su estilo calmado, ha respondido con tranquilidad. "Iré con ilusión a declarar", ha dicho en rueda de prensa, recordando que ya ganó el juicio en primera instancia, y que lo que viene ahora es simplemente una apelación. Aun así, en el club no gusta tener a un entrenador que ocupa portadas por temas judiciales.
La directiva blanca no está del todo satisfecha con el juego del equipo, pese a que los resultados acompañan. Las sensaciones no convencen, el estilo es cuestionado internamente, y hay una creciente idea de que el proyecto necesita una renovación profunda. Pero en un año donde el equipo puede acabar levantando títulos importantes, la figura de Ancelotti sigue blindada por los números. Por eso, tener sobre la mesa una causa judicial abierta se percibe como una posible justificación pública para no ofrecerle la renovación que, en privado, ya muchos ven como descartada.
Lo cierto es que en los despachos del Bernabéu se sigue con atención la evolución del caso. Si bien nadie espera una condena firme en el corto plazo, la simple existencia del proceso judicial da margen de maniobra a Florentino, que no quiere verse en la incómoda situación de tener que explicar por qué prescinde de un entrenador que, posiblemente, le haya dado otra Liga o incluso otra Champions. Para un presidente que mide cada movimiento político con precisión quirúrgica, este tipo de factores extra deportivos pueden ser el as bajo la manga que justifique una salida ya decidida de antemano.
Ancelotti, por su parte, mantiene el foco en lo deportivo y transmite tranquilidad, pero sabe que en el Real Madrid las decisiones no siempre se toman solo por lo que ocurre en el césped. Y aunque él se aferre al balón, la realidad es que el escenario institucional se le complica. Porque en el Real Madrid de Florentino, incluso ganar puede no ser suficiente si el guion del futuro ya está escrito.