ATLÉTICO DE MADRID

Por esto fue el broncazo de Simeone a Gallagher: "Le valió el cambio"

Simeone

La primera semifinal de la Copa del Rey comenzó con un espectáculo de alto voltaje. El Atlético de Madrid golpeó primero, y lo hizo por partida doble en los primeros compases del partido. Julián Álvarez y Antoine Griezmann firmaron los goles que pusieron en ventaja al conjunto rojiblanco, que salió con una intensidad arrolladora. Los de Simeone impusieron su ritmo, desbordando a un Barça que no encontraba la manera de contener sus ofensivas.

Pero el equipo azulgrana no tardó en reaccionar. En el minuto 19, Pedri González aprovechó su oportunidad y con un disparo preciso recortó distancias. Apenas un minuto después, Pau Cubarsí igualó el marcador con un certero remate tras un gran centro de Raphinha desde la banda derecha. En un abrir y cerrar de ojos, el Barcelona devolvía la emoción al partido.

Pedri, clave en la remontada culé

Con el 0-2 en contra, el mediocampista canario del Barça se convirtió en el faro del equipo. Apareciendo entre líneas y conectando con sus compañeros, Pedri fue fundamental tanto en la construcción del juego como en el remate que inició la reacción azulgrana.

Simeone: de la seriedad inicial al enfado con Gallagher

A pesar del frenético inicio del Atlético de Madrid, Diego Simeone mantuvo su habitual gesto serio en la banda. Apenas celebró los goles de su equipo y, lejos de relajarse con la ventaja, su intensidad fue en aumento.

Uno de los momentos más llamativos del partido llegó en torno al minuto 15, cuando el técnico argentino protagonizó una bronca monumental a Conor Gallagher. El inglés recibió el balón tras un pase de Javi Galán, pero en lugar de cambiar la orientación del juego, decidió tocar en corto hacia la defensa.

La decisión no sentó nada bien a Simeone, quien estalló con una reacción visceral desde la banda. Gesticulando con energía, levantando los brazos y hasta agachándose desesperado, dejó claro su inconformismo con la jugada. Gallagher, sorprendido por la intensidad del Cholo, giró la cabeza con una mezcla de sorpresa y temor al ver la reacción de su entrenador.

Una vez más, Simeone demostró que vive cada minuto con pasión absoluta, sin importar el resultado o el momento del partido.