Giorgina le suelta una pulla de refilón y por Instagram a Cristiano Ronaldo sobre sus hijos
Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo forman desde hace años una de las parejas más icónicas del panorama internacional. Su vida, a medio camino entre el lujo y la ternura familiar, genera titulares constantemente, y no solo por las mansiones, los yates o los exclusivos eventos a los que asisten, sino también por los momentos más cotidianos que comparten con sus cinco hijos. Ahora instalados en Arabia Saudí, la familia sigue siendo el centro emocional de la vida de Georgina, como ha demostrado en la nueva temporada de Soy Georgina.
Y es que más allá de las cámaras, los brillos y los posados de alfombra roja, la influencer española ha dejado claro que su prioridad absoluta son sus hijos. “No puedo estar mucho tiempo lejos. Mi mente y mi corazón están con ellos siempre”, confiesa en uno de los episodios del documental, con una emoción que ha calado hondo entre sus seguidores.
Una madre todoterreno (con mucho humor)
Pero si algo ha demostrado Georgina a lo largo del tiempo, es que ser madre no está reñido con tener sentido del humor. En una de sus últimas publicaciones en redes sociales ha dejado una imagen que ha arrancado carcajadas entre sus millones de seguidores: una fotografía de un mono tapándose los oídos con el texto: “Mis hijos cuando les estoy hablando”. Una confesión universal que ha hecho que miles de madres en todo el mundo se sientan identificadas.
Este tipo de publicaciones, que contrastan con su imagen glamurosa, han consolidado su faceta más humana y cercana. Porque sí, Georgina puede lucir diamantes en Cannes, pero también sabe lo que es pelear con cinco pequeños para que se coman el brócoli o apaguen la tablet.
Una vida entre vuelos, familia y focos
El día a día de Georgina se mueve entre compromisos profesionales, campañas publicitarias, rodajes y viajes relámpago, pero lo que no cambia nunca es su deseo de volver a casa cuanto antes. Ella misma lo explica: aunque esté a miles de kilómetros, su atención está puesta en sus hijos, en sus rutinas, en las pequeñas cosas que componen la normalidad familiar.
Y en ese equilibrio entre los flashes y los dibujos animados, Georgina ha sabido construir un relato propio, en el que no es solo “la novia de Cristiano Ronaldo”, sino también una madre entregada, una empresaria astuta y una figura pública con un toque cómico que encanta a su audiencia.
Porque al final, aunque las cámaras sigan sus pasos y su vida parezca sacada de una película de Hollywood, los gritos de “mamá” y las carcajadas en el salón de casa siguen siendo lo que más la define. Y si de paso puede reírse un poco de sí misma... mejor que mejor.