El interés de Cristiano Ronaldo en comprar el Valencia CF se enfría mientras Peter Lim mira a magnates malasios

Hace apenas unos meses, la noticia sacudía tanto los despachos como las tertulias futbolísticas: Cristiano Ronaldo, leyenda del fútbol mundial y actual estrella en Arabia Saudí, estaba interesado en comprar el Valencia CF. Las informaciones apuntaban a contactos discretos con el entorno de Peter Lim, dueño del club desde 2014, e incluso se hablaba de reuniones y movimientos financieros que encajaban con una posible oferta formal.

Sin embargo, ese entusiasmo inicial se ha ido apagando. A día de hoy, el asunto está prácticamente congelado. No hay avances, no hay filtraciones nuevas, ni siquiera rumores. Lo que empezó como una posibilidad ilusionante para el valencianismo, poco a poco ha quedado en silencio. Y el silencio, en estos casos, suele decir más que cualquier comunicado.

Las señales que llegan desde el entorno de Peter Lim no hacen más que confirmar el enfriamiento de la operación. En lugar de mirar hacia Arabia Saudí —donde Cristiano Ronaldo ha establecido su centro de operaciones tras fichar por el Al-Nassr—, el empresario singapurense ha redirigido su atención hacia Malasia, país con el que mantiene lazos económicos y donde recientemente ha intensificado sus movimientos empresariales.

Fuentes cercanas al club aseguran que Lim no está especialmente interesado en vender en este momento, al menos no en las condiciones que se habían planteado desde el entorno de CR7. A esto se suma un contexto delicado: el Valencia atraviesa una fase de inestabilidad deportiva e institucional que complica cualquier intento de transición en la propiedad.

Por el lado de Cristiano, su foco también parece haber cambiado. En los últimos meses ha estado plenamente centrado en su carrera deportiva en Arabia, su vida familiar en Riad y sus compromisos comerciales globales. Aunque su interés por expandirse en el mundo del fútbol como empresario sigue intacto, el Valencia ya no parece estar entre sus prioridades inmediatas.

Todo esto ha generado una mezcla de decepción y resignación entre los aficionados. Para muchos, la posibilidad de ver a Cristiano como nuevo dueño del club suponía una esperanza de reconstrucción, un cambio de rumbo radical tras años de decisiones cuestionadas por parte de Lim. Pero esa ventana de ilusión parece haberse cerrado… al menos por ahora.

En resumen, lo que hace meses fue una posibilidad real y emocionante, hoy es apenas un eco lejano. El interés de Cristiano Ronaldo por comprar el Valencia CF se ha enfriado notablemente, mientras Peter Lim refuerza su presencia en Asia y mantiene el timón de un club que sigue navegando en aguas inciertas.