Luis Suárez vuelve a morder a otro futbolista y su dentista ya se frota las manos
No hay partido tranquilo cuando Luis Suárez anda cerca del área… ni siquiera si es la de su propio equipo. En el minuto 89 del Inter Miami vs Los Angeles FC, mientras las cámaras enfocaban una tangana con más empujones que sentido común, un momento surrealista se coló en directo: el delantero uruguayo parece morder la mano de su amigo Jordi Alba en pleno jaleo. Sí, como lo lees.
La trifulca nació tras una entrada de Marlon Santos (LAFC) que encendió los ánimos. En plena confusión, empujones, brazos al aire y alguna que otra mirada asesina, Luis Suárez se lanzó… pero no al balón, sino a lo que pensó que era un rival. Y zas: presunto mordisquito. El problema (o no) es que la víctima fue su compañero de batallas y paellas, Jordi Alba.
Como si no fuera suficiente, por ahí andaba también Olivier Giroud —sí, el siempre elegante delantero francés— que aprovechó para agarrar a Alba por el cuello, probablemente intentando poner orden… o un candado de lucha libre, según se mire.
¿Un déjà vu con sabor a broma?
El mordisquillo ha despertado risas más que indignación, y no tardaron en aparecer los nostálgicos recopilatorios de los famosos bocados del “Pistolero”: Otman Bakkal en 2010, Ivanovic en 2013 y el inolvidable Chiellini en el Mundial de 2014. Pero ojo, que este caso no tiene pinta de acabar en sanción, ni de aparecer en portadas con letras rojas. Esta vez, el uruguayo pareció más confundido que hambriento.
Fuentes cercanas al vestuario aseguran que Suárez confundió la mano de Jordi con la de un jugador rival, lo que nos deja la escena en una especie de mezcla entre comedia involuntaria y documental de National Geographic.
Messi a lo suyo: doblete con alma
Mientras sus compañeros se peleaban por protagonizar un episodio de "LQSA: Edición Miami", Leo Messi volvió a marcar diferencias, con un doblete que guio la remontada del Inter Miami por 3-1 ante LAFC en la Copa de Campeones de la Concacaf. Porque sí, entre mordiscos, abrazos en el cuello y manotazos, Messi sigue haciendo lo de siempre: marcar y ganar.
En fin, otro día normal en la oficina del Inter Miami, donde puede pasar de todo… menos aburrirse.