REAL MADRID

El "miedo" de los árbitros a expulsar a una estrella del Real Madrid se deja ver con la escandalosa mano de Mbappé

Mbappé
Mbappé

El triunfo del Real Madrid en Montilivi frente al Girona (0-3) dejó una jugada controvertida que ha desatado debate en el fútbol español. Kylian Mbappé, protagonista indiscutible del encuentro, evitó la expulsión tras cometer una mano flagrante que, según el reglamento, debió costarle la segunda amarilla. Sin embargo, el árbitro Gil Manzano optó por no mostrarle la tarjeta, generando una de las mayores polémicas de la temporada.

Un gesto antideportivo que pasó desapercibido

El incidente ocurrió al inicio de la segunda parte. Mbappé, que ya había sido amonestado al final del primer tiempo por protestar junto a Carlo Ancelotti, tocó deliberadamente el balón con la mano mientras avanzaba hacia el área rival. Las imágenes captadas dejan en evidencia cómo el delantero utilizó su mano para controlar el balón, mirando repetidamente hacia el árbitro y el juez de línea para asegurarse de que no habían advertido su acción.

A pesar de señalar la infracción, Gil Manzano no sancionó al francés con la tarjeta amarilla, lo que habría supuesto su expulsión. Poco después, Mbappé participó en la jugada del tercer gol madridista, asistido por Luka Modric, lo que avivó aún más las críticas hacia la decisión arbitral.

Una mano clara según el reglamento

De acuerdo con el reglamento de la FIFA, tocar el balón de manera voluntaria con la mano es una infracción sancionable si se realiza con intención de sacar ventaja o engañar al árbitro. Específicamente, el reglamento señala que:

  • Tocar el balón con la mano de forma intencionada para modificar el curso de la jugada es motivo de amonestación.
  • Si la mano ocupa una posición antinatural, ampliando el espacio del cuerpo, también debe considerarse infracción.

En este caso, las repeticiones muestran que Mbappé utilizó su brazo de forma deliberada para llevarse el balón, un gesto que, según el reglamento, debió ser castigado con tarjeta.

El contexto del partido y las implicaciones

La polémica se agrava por las circunstancias del partido. Mbappé ya estaba amonestado, y su expulsión habría condicionado el desarrollo del encuentro. En lugar de eso, el delantero permaneció en el campo y, pocos minutos después, influyó directamente en el marcador.

Además, el gesto del jugador no fue un accidente ni un reflejo involuntario. Su intención de sacar ventaja quedó en evidencia al observar cómo intentó aprovechar la jugada para marcar, revisando constantemente las decisiones de los árbitros antes de continuar.

Un episodio que divide opiniones

El incidente ha generado reacciones enfrentadas entre aficionados y expertos. Mientras algunos consideran que el árbitro erró al no aplicar correctamente el reglamento, otros defienden que la acción fue juzgada como una falta menor sin intención clara de engaño.

Lo que está claro es que decisiones como esta reavivan el debate sobre la consistencia arbitral en el fútbol y la necesidad de utilizar herramientas como el VAR de manera más efectiva para evitar errores que puedan influir en el desarrollo de un partido.

La acción de Mbappé en Girona representa un caso evidente de mano voluntaria para sacar ventaja, una situación que, según las normas, debía ser sancionada con tarjeta amarilla. La falta de intervención arbitral no solo alteró el curso del encuentro, sino que también ha dejado un episodio que será recordado como uno de los más polémicos de la temporada.

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