Los dos vascos de "pura cepa" arrasan en Europa League con el Athletic de Bilbao
El Athletic Club tiene claro que alcanzar el liderato en La Liga es un reto prácticamente inalcanzable frente a gigantes como Real Madrid y Barcelona. Sin embargo, en la Europa League, los leones ven una oportunidad única para dejar huella en el panorama continental, especialmente este año, con la final programada en San Mamés. Sería la ocasión soñada para conquistar un título europeo en su propia casa, y hasta ahora, el equipo bilbaíno ha mostrado un rendimiento impecable en la competición.
El empate en el Olímpico de Roma frente a la Lazio fue un aviso, y el resto de los partidos han sido victorias que les mantienen en la pugna por el liderato del grupo. Con un juego dominante, el Athletic no solo compite, sino que aspira a lo más alto. La victoria ante el Elfsborg lo confirma: un 3-0 contundente, sin necesidad de pisar a fondo el acelerador.
Elfsborg, un rival sin respuesta
El equipo sueco, el de menor coeficiente UEFA entre los participantes del torneo, se presentó en San Mamés como un adversario sin ritmo ni armas para competir. Vienen de terminar séptimos en su liga, y más de dos semanas sin partidos oficiales hicieron que su rendimiento fuera aún más limitado. Ante un Athletic en plena forma, los suecos apenas pudieron ofrecer resistencia.
El entrenador visitante, Hiljemark, intentó plantear un muro defensivo que se derrumbó rápidamente. Adama Boiro, en su debut europeo, abrió el marcador con un zurdazo espectacular tras una jugada de estrategia, convirtiendo su primer gol con el primer equipo del Athletic. Su celebración fue tan icónica como relajada, recordando un meme reciente de Nico Williams que causó sensación en redes.
Poco después, Beñat Prados amplió la ventaja con un remate de cabeza, algo poco habitual en él, pero que reflejó el control absoluto del partido por parte del equipo rojiblanco. El Elfsborg parecía perdido, incapaz de reaccionar y dejando demasiados espacios que los bilbaínos explotaron con facilidad.
Nico Williams y Adama, imparables
La banda derecha del Athletic fue un auténtico tormento para el Elfsborg. Nico Williams, con su velocidad y técnica, se mostró intratable. El joven extremo español disfrutó de total libertad, desbordando constantemente a un Ibrahim que fue sustituido en el descanso tras sufrir todo el primer tiempo. Para colmo, su relevo, Ouma, tampoco logró contener el vendaval rojiblanco.
Adama, además de marcar su primer gol, sumó una asistencia perfecta a Guruzeta para el 3-0 definitivo. El público de San Mamés ovacionó al joven canterano, que cerró una tarde redonda en su estreno europeo. Es el cuarto jugador del Athletic que marca en su debut en la Europa League desde 2014, sumándose a nombres ilustres como Iñaki Williams, Sancet y Nico Serrano.
Simón, de vuelta tras la lesión
El partido también sirvió para celebrar el regreso de Unai Simón, que volvió a defender la portería del Athletic tras cuatro meses de ausencia. Aunque el meta apenas tuvo trabajo, mostró cierta falta de ritmo en las pocas acciones que tuvo que resolver, algo lógico tras su periodo de recuperación. Aun así, la afición recibió con entusiasmo a su portero titular, ahora también con el honor de llevar el brazalete de capitán.
El Athletic, con la vista en octavos
Con este triunfo, el Athletic se asegura su clasificación matemática para la siguiente fase de la Europa League, compartiendo la cima del grupo con Lazio y Eintracht Frankfurt. El objetivo ahora será pelear por el liderato del grupo, un puesto clave para afrontar con mayores garantías los octavos de final.
El entrenador, Ernesto Valverde, aprovechó el cómodo resultado para dar descanso a sus jugadores clave en el tramo final del encuentro, mostrando que el equipo está preparado para mantener el nivel en todas las competiciones.
San Mamés, escenario del sueño europeo
Con el estadio bilbaíno como sede de la final, la ilusión por conquistar la Europa League crece entre los aficionados del Athletic. La sólida actuación en el torneo hasta ahora demuestra que el equipo tiene calidad, ambición y, sobre todo, la confianza necesaria para aspirar a reinar en Europa por primera vez en su historia. Los leones están en marcha, y su rugido comienza a escucharse más allá de San Mamés.
