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El campeón que nadie pudo tumbar: Jorge Martín se corona en MotoGP con un estilo imbatible

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¡Por fin, ya era hora! Jorge Martín, el chico de San Sebastián de los Reyes que soñó toda su vida con ser el mejor del mundo, lo ha conseguido. En el GP Solidario de Barcelona, con la calculadora en la cabeza y un temple de hierro, se plantó en la meta como tercero y dejó claro que esta temporada, el jefe es él. Ni Pecco Bagnaia, con todo su talento y su Ducati de hierro, ni la presión de un Mundial al rojo vivo pudieron doblegar al madrileño. Campeón del mundo de MotoGP. Léelo otra vez, porque suena de lujo.

Han sido dos años de pelea cuerpo a cuerpo con Bagnaia. Un duelo de película en el que ambos dejaron el alma en cada curva, en cada adelantamiento, en cada domingo. El italiano cumplió con su parte del trato: ganó la Sprint, ganó el domingo y aún así... ¡Nada! Jorge, con esa regularidad que parece hecha en laboratorio, selló el campeonato con una ventaja de 10 puntos. Así se escribe la historia, señores.

Pecco hizo lo que pudo. Incluso intentó ralentizar la carrera para que el español sudara sangre, pero no contaba con que Martín traía el guion bien aprendido. Mientras Bagnaia lideraba, el madrileño iba tercero, tranquilo, detrás de un Marc Márquez que se despidió de Gresini a lo grande. Y ojo, que Aleix Espargaró fue la sombra perfecta, un escudero de lujo para que Martín no sintiera ni un ápice de peligro.

La clave de Jorge ha sido clara: constancia de cirujano. No es el que más carreras ganó este año; ese honor fue de Bagnaia, con 11 triunfos, pero en la suma final, los podios cuentan más que los fuegos artificiales. Y de eso, Martín sabe un rato: 17 podios en 20 carreras. Matemáticamente implacable. El título llegó a casa porque el madrileño convirtió cada domingo en un ejercicio de perfección. Si Pecco fallaba, era porque Jorge lo llevaba al límite. El cazador, por una vez, fue más astuto que la presa.

¿Y qué decir de Aleix Espargaró? El catalán se despidió del Mundial como los grandes. Un quinto puesto en su última carrera, en casa, con la afición entregada y una vuelta de honor que puso la piel de gallina. No hay mejor manera de cerrar una etapa.

En cuanto a Marc Márquez, su segundo puesto en Barcelona le dio la medalla de bronce del Mundial. ¿El mejor del resto? Seguro. Porque este año, Jorge y Pecco jugaron en otra liga. Pero ahí está Márquez, demostrando que la magia no se pierde, ni siquiera con los años.

Jorge Martín Almoguera, 26 años, un sueño cumplido. Allí estaba su familia, emocionada, celebrando como si no hubiera un mañana. Su padre, Ángel; su madre, Susana; su hermano, Javier; su pareja, María, y hasta la abuela Julia. Todos han estado al pie del cañón, sosteniéndolo en los momentos más duros. Hoy, son ellos los que levantan la copa junto a él.

El reinado de Jorge Martín comienza aquí. Y sí, el mundo del motociclismo tiene un nuevo rey que ha llegado para quedarse.