Jordi Wild se la juega con su videojuego y podría perder su conocida marca Dogfight Wild Tournament
En los últimos días ha comenzado a circular un tema que hasta ahora había pasado prácticamente desapercibido: Jordi Wild podría perder los derechos exclusivos sobre una de sus marcas más potentes, Dogfight Wild Tournament. A pesar del éxito de las ediciones celebradas en formato evento, en el entorno del creador de The Wild Project empieza a sentirse cierta presión interna, al darse cuenta de que el margen de maniobra para desarrollar el proyecto digital asociado a esta marca se está agotando.
Según fuentes cercanas al influencer catalán, hasta ahora se había dado prioridad al formato presencial y al crecimiento del torneo como fenómeno audiovisual. Sin embargo, la protección legal de la marca va más allá: también incluye su explotación en el terreno de los videojuegos y las aplicaciones móviles, un campo en el que, hasta el momento, no se ha dado ningún paso concreto.
La marca fue registrada en diciembre de 2022, incluyendo entre sus clases la creación de software, videojuegos y apps. De acuerdo con la legislación vigente tanto en España como en la Unión Europea, si en un plazo de cinco años no se demuestra un uso efectivo en el mercado, la marca puede quedar libre y pasar a estar disponible para terceros. En este caso, el plazo se cumpliría en diciembre de 2026.
«Si antes de esa fecha no se presenta un producto tangible en el ámbito digital, cualquier persona o empresa podría iniciar un procedimiento de cancelación por falta de uso», señala el abogado especializado en propiedad industrial Jordi Cañadas Ordoñez.
Este escenario ha encendido las alarmas dentro del círculo profesional de Jordi Wild, que ahora contempla con más urgencia el desarrollo del esperado videojuego de Dogfight Wild Tournament. Aunque el proyecto había sido mencionado en varias ocasiones por el propio influencer, no se ha hecho público ningún avance técnico ni colaboración concreta con estudios de desarrollo.
La cuenta atrás ha comenzado, y con ella, un cambio en el enfoque estratégico del equipo de Jordi Wild. Fuentes cercanas admiten que hasta ahora se había subestimado el alcance legal del registro de marca, y que ya se está valorando seriamente reactivar el plan digital para evitar una posible cancelación.
Con más de un año y medio por delante, el influencer aún tiene margen para lanzar el videojuego o aplicación que tanto han anticipado sus fans. Pero el tiempo empieza a pesar, y el reto ahora no es solo creativo o técnico, sino también legal. La marca Dogfight Wild Tournament, que ha ganado fuerza como evento de combate, podría enfrentarse a un inesperado revés si no se materializa pronto en el ámbito digital.