Los que se dejaron 55 euros en su entrada para el Dogfight Wild Tournament 3, indignados

Lo que comenzó como una apuesta arriesgada de Jordi Wild para competir con los grandes eventos de combate, se ha consolidado en su tercera edición como una de las citas más impactantes del año en el panorama del entretenimiento y las artes marciales mixtas. El Dogfight Wild Tournament 3, celebrado en el Palau Olímpic de Badalona, reunió a más de 10.000 espectadores y alcanzó cifras récord de audiencia en streaming, ofreciendo un espectáculo extremo que no dejó a nadie indiferente.
Un festival de peleas salvajes
Desde el primer combate, la atmósfera del DWT3 estuvo cargada de adrenalina. La noche comenzó con una intensa batalla entre Andriy Zinruk y Giani Sandu, un enfrentamiento entre Muay Thai y Capoeira que mantuvo a los asistentes en vilo hasta que Zinruk se impuso en el segundo asalto.
El evento también brilló con el choque femenino entre Yess Castro y Yamila Sánchez, donde la mexicana logró una victoria épica tras 15 minutos de intercambios brutales. A pesar de la resistencia de Sánchez, Castro demostró su dominio en el striking y cerró la pelea con una ofensiva imparable.
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Uno de los momentos más llamativos de la noche fue el combate de lucha medieval, en el que dos guerreros armados con espadas y escudos de acero se enfrentaron en una contienda propia de una película. En una sorpresa para muchos, el peleador Cachorro se llevó la victoria usando su escudo como arma principal, una táctica inesperada pero efectiva que dejó atónitos a los espectadores.
Jordi Wild y sus reglas sorpresa
Como ya es costumbre, Jordi Wild introdujo un giro inesperado en el evento. Tras la victoria en el combate 2 vs 2, en el que Zdravko Tarnadzhiev y Aitor Gaspar se impusieron con autoridad, Wild anunció que ahora debían enfrentarse entre sí, una decisión que tomó por sorpresa hasta a los propios luchadores. El Xokas, uno de los comentaristas invitados, reaccionó incrédulo ante la improvisada batalla, dejando uno de los momentos más comentados de la velada.
Pero la pelea que realmente se llevó todas las miradas fue el enfrentamiento entre Felipe Maya y Abner Lloveras, un combate extremo sin guantes, sin reglas y con un único asalto de 15 minutos. Felipe Maya dominó en los primeros minutos, conectando golpes demoledores, pero Lloveras, con su experiencia y resistencia legendaria, aguantó la tormenta y esperó su oportunidad. En el tramo final, logró llevar el combate al suelo y aplicó un mataleón perfecto, sometiendo a Maya ante una ovación ensordecedora.
Críticas por la mala visibilidad: ¿el gran fallo del DWT3?
Pese al éxito del evento, no todo fueron elogios. Muchos asistentes que compraron las entradas más económicas, con precios desde los 55 euros, expresaron su frustración en redes sociales al darse cuenta de que desde sus asientos prácticamente no podían ver el ring.
Las quejas se acumularon en Twitter y foros, con algunos espectadores comparando la experiencia con otros eventos deportivos y criticando la organización del espacio. "Pagamos 55 euros para ver una pantalla porque desde nuestra zona era imposible ver nada", comentaba un asistente indignado.
Este problema de visibilidad ha sido el punto más criticado del DWT3, generando debate sobre si la organización debería replantear la distribución del público en futuras ediciones para garantizar una mejor experiencia para todos los asistentes.
Un éxito con margen de mejora
A pesar de las críticas, el Dogfight Wild Tournament 3 se ha consolidado como un referente dentro de los eventos de combate más extremos y espectaculares del momento. Con peleas memorables, un público entregado y momentos icónicos, la noche dejó claro que el torneo de Jordi Wild sigue creciendo en impacto y popularidad.
Sin embargo, si quiere continuar expandiéndose y ofrecer una experiencia impecable, la organización deberá tomar en cuenta las quejas del público, mejorar la logística del recinto y garantizar que todos los asistentes puedan disfrutar del espectáculo en igualdad de condiciones.
Porque si algo ha quedado claro tras esta edición es que el Dogfight Wild Tournament ha llegado para quedarse.