El desafio de Mbappé

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El desafío final para el último representante de la generación dorada que lo ganó todo se presenta lleno de exigencias. Esta generación rompió barreras y dejó de lado los complejos, permitiendo que una España compita con grandeza. Ahora, España vuelve a ser considerada favorita, aprovechando su condición de tapada para alejarse de la presión. Su nuevo estilo, con extremos puros y desbordantes, y su capacidad de adaptación en cada partido, son sus mayores virtudes.

Contra Alemania, España amplió las similitudes con su regreso al éxito en 2008. Dos Eurocopas reflejadas, aunque los nombres sean distintos. Luis de la Fuente, como en su momento Luis Aragonés, ha creado un ambiente familiar y una sed de gloria. La derrota del anfitrión en cuartos de final recuerda a aquellos temores enterrados con los penaltis ante Italia. Esta vez, la baja de Pedri evoca la pérdida de Villa en el pasado.

Luis de la Fuente ha tenido que ajustar su equipo, encontrando éxito con goles desde el banquillo. La importancia de la segunda unidad y la ausencia de egos han sido claves. En el partido contra Alemania, sacrificó a las revelaciones del torneo, Lamine Yamal y Nico Williams, por la falta de ayudas defensivas. Estos jugadores serán esenciales contra Francia, donde se requerirá precisión en el pase y generosidad en el esfuerzo.

Dani Olmo asumió un papel estelar, llevando el 10 en la espalda, un rol que mantendrá ante Francia. Con cambios como Jesús Navas por Carvajal y Nacho por Le Normand, De la Fuente evita experimentos: "No pretendo inventar. Prefiero que cada jugador juegue en su posición natural", aclaró. La confianza en Jesús Navas es tan grande como el respeto por Mbappé.

El duelo contra Francia se decidirá por la contundencia en las áreas. España ha concedido solo dos goles, uno en propia puerta. Alemania logró marcar a Unai Simón cuando los cuartos despedían al anfitrión. El gol de Wirtz tras una exhibición de Laporte, quien ahora se enfrenta a su país natal, fue notable.

En ataque, España necesita a Álvaro Morata tanto como Francia a Mbappé. Morata, crucial en el primer gol del torneo, ha tenido un desempeño apagado desde entonces, con solo cuatro remates a puerta en 310 minutos. Sin aprovechar el potencial de los extremos, su continuidad en la selección ha sido puesta en duda por sus propias declaraciones. Un gol histórico, como el de Mikel Merino contra Alemania, podría cambiar todo.

España ya ha cumplido al igualar las semifinales de Luis Enrique en la edición anterior. Ahora busca avanzar a una final que no será más exigente que el camino recorrido. Alemania y Francia, las grandes favoritas, son un reto que liderado por Rodri y dirigido desde el banquillo por Luis de la Fuente, un hombre de la casa que ha ganado en categorías inferiores y se ha ganado el respeto a nivel internacional.

Frente a España, Francia depende de Kylian Mbappé. Con una fractura en la nariz desde la primera jornada y un solo gol de penalti en veinte remates, Mbappé no ha sido tan decisivo. Francia ha alcanzado las semifinales con solo tres goles, dos de ellos en propia puerta.

La subcampeona del último Mundial ha perdido fuerza en su juego, con resultados ajustados y dependientes de su destreza en los penaltis. Su defensa ha sido sólida, con jugadores como Maignan, Koundé, Upamecano, Saliba y Theo Hernández. En el medio campo, Tchouameni, Kanté y Rabiot son fundamentales, aunque Camavinga podría volver al banquillo.

El ataque de Francia, más allá de Mbappé, no ha funcionado. Antoine Griezmann ha sido irregular, sin goles ni asistencias. Su titularidad está en debate junto con las posiciones de Dembélé, Thuram y Kolo Muani. Francia, que ha ganado sus últimas nueve semifinales, representa una seria amenaza para España en el Allianz Arena de Múnich, donde buscará continuar su racha.