Las pruebas médicas confirman los peores pronósticos para Carolina Marín

La destacada jugadora de bádminton Carolina Marín ha regresado a Madrid tras sufrir una devastadora lesión que la obligó a abandonar los Juegos Olímpicos de París. A su llegada, visiblemente afectada y utilizando muletas, la campeona olímpica de Río 2016 se dirigió de inmediato a la consulta del doctor Manuel Leyes para evaluar el alcance de su lesión.

Durante el partido celebrado en el Arena Porte La Chapelle, Carolina Marín se lesionó gravemente la rodilla derecha al intentar alcanzar un volante, cuando lideraba el segundo set con un marcador de 10-6 a su favor, después de haber ganado el primer set 21-14. La atleta onubense, tendida en el suelo y gritando de dolor, pronunció las palabras "Fernando, me he roto" a su entrenador Fernando Rivas, evidenciando la gravedad de la situación. La escena de Marín abandonando la pista en lágrimas conmovió a toda España.

Las primeras exploraciones médicas realizadas en París indicaban una posible rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, diagnóstico que ha sido confirmado tras su llegada a Madrid. Además, se ha constatado la rotura del menisco interno y externo. Este es un duro golpe para Marín, quien ya había sufrido una lesión similar en 2019 en la misma rodilla, que fue operada por el Doctor Pedro Guillén en la Clínica CEMTRO de Madrid.

Carolina Marín, todavía en estado de shock, deberá decidir próximamente la fecha de la operación. Los servicios médicos se han puesto a su disposición para realizar una valoración completa y determinar el tratamiento adecuado.

En cuanto a su futuro deportivo, Marín, quien había mencionado que París probablemente sería su última participación olímpica, no ha descartado continuar compitiendo. A sus 35 años, no se descarta su presencia en los Juegos de Los Ángeles, aunque todo dependerá de su recuperación y su deseo de seguir en un deporte en el que ha alcanzado logros extraordinarios: una medalla de oro olímpica, tres campeonatos mundiales y ocho europeos.

Carolina Marín es una luchadora incansable y, como ella misma se define, una "loba" que probablemente no quiera que su última imagen en unos Juegos Olímpicos sea la de su despedida entre lágrimas.