Moreno Bonilla se queja de la escasez de agua mientras recalifica 100 hectáreas para hacer más campos de golf

Mijas se prepara para ampliar su oferta turística con el que será su decimotercer campo de golf, un proyecto ambicioso que incluye un recorrido de 18 hoyos, un hotel de cinco estrellas, 350 apartamentos turísticos, un museo de carruajes y un centro ecuestre. Sin embargo, este desarrollo, respaldado por el Gobierno andaluz, enfrenta críticas por su impacto ambiental y el uso de recursos hídricos en una región cada vez más afectada por la sequía.

Un proyecto estratégico que verá la luz en 2025

El Valle del Golf Resort ha sido declarado “proyecto de interés estratégico” por el Gobierno de Juanma Moreno, lo que le garantiza una tramitación preferente. La Junta de Andalucía ya ha aprobado la modificación urbanística que convierte un millón de metros cuadrados de suelo no urbanizable en urbanizable, despejando el camino para su desarrollo. Según las previsiones, algunos campos estarán operativos en 2025, en un claro intento del Ejecutivo autonómico por impulsar la economía turística a través del golf.

El agua: un recurso cada vez más escaso

El mayor desafío para este proyecto es el suministro de agua. Según los promotores, el campo de golf necesitará unos 250.000 metros cúbicos al año, que se obtendrán de aguas regeneradas provenientes de una depuradora cercana. Sin embargo, los ecologistas dudan de que esto sea suficiente o realista. Señalan que las infraestructuras actuales, como las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de la zona, no cuentan con capacidad suficiente ni con tratamiento terciario adecuado para garantizar el suministro prometido.

Además, las críticas aumentan al confirmarse que se desviarán recursos hídricos para el mantenimiento del campo de golf y del resort, mientras la población de Mijas ya enfrenta restricciones por la sequía. En un contexto de cambio climático y emergencia ambiental, este tipo de proyectos son vistos por organizaciones como Ecologistas en Acción como un modelo insostenible que prioriza intereses privados sobre necesidades colectivas.

Impacto ambiental y medidas de mitigación

El campo lindará con una Zona de Especial Conservación (ZEC) que alberga poblaciones de nutria, una especie protegida, y dos ríos que podrían verse afectados por el aumento de la actividad en la zona. Aunque la Junta de Andalucía exige medidas para proteger la fauna y minimizar el impacto, como la instalación de barreras visuales y sonoras o el uso controlado de fertilizantes, los ecologistas temen que estas soluciones sean insuficientes.

Por otro lado, el proyecto promete un “aumento de la capacidad de sumidero de CO2” y argumenta que un campo de golf es menos perjudicial que los cultivos intensivos que actualmente ocupan parte del terreno. Sin embargo, los detractores consideran estas afirmaciones como un intento de justificar un modelo económico insostenible basado en el turismo de lujo y el ladrillo.

El sector del golf: entre el crecimiento y la controversia

El golf es una de las apuestas estratégicas del Gobierno de Moreno Bonilla para atraer turismo de alto poder adquisitivo y desestacionalizar la oferta turística andaluza. Según la Federación Andaluza de Golf, este sector genera un impacto económico significativo, con campos que facturan 220 millones de euros al año y un gasto total de 2.200 millones de euros en Andalucía.

Sin embargo, el crecimiento del número de campos, especialmente en zonas como la Costa del Sol, plantea serias dudas sobre su sostenibilidad hídrica y su impacto en los recursos naturales. Actualmente, un 20% de los campos de golf de la región tienen autorización para usar agua limpia mezclada con aguas depuradas, y la Fiscalía investiga captaciones ilegales en al menos tres campos malagueños.

¿Sostenibilidad o despilfarro?

El debate sobre la sostenibilidad de estos proyectos sigue abierto. Para el sector turístico, son una herramienta clave para atraer divisas y generar empleo. Para los ecologistas, representan un modelo obsoleto que ignora las limitaciones de recursos naturales como el agua.

Mientras tanto, Mijas se enfrenta al reto de equilibrar desarrollo económico y protección ambiental. Con 91.000 habitantes y un consumo de agua limitado a 200 litros por persona al día debido a la sequía, la incorporación de un campo de golf y un resort de lujo plantea preguntas difíciles sobre las prioridades del municipio y la región.

El Valle del Golf Resort, si bien promete beneficios económicos, se encuentra en el centro de un debate que trasciende a Mijas: cómo gestionar los recursos naturales de manera justa y sostenible en un contexto de crisis climática.

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