La RFEF se "asegura" de que Mbappé pueda jugar su final de Copa del Rey para no empañar el lucrativo show

Kylian Mbappé fue expulsado este fin de semana tras una durísima entrada a Antonio Blanco durante el partido entre el Real Madrid y el Alavés. El delantero francés llegó tarde y, con los tacos por delante, golpeó con fuerza en la espinilla del centrocampista rival. Una acción que dejó claro el uso excesivo de fuerza y que, como reconoció el árbitro Soto Grado en el acta, le valió la tarjeta roja tras revisión del VAR.
Sin embargo, más allá de lo deportivo, hay un aspecto que empieza a generar incomodidad en el entorno del fútbol español: el interés económico que tiene la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en que Mbappé esté disponible para la final de la Copa del Rey. Y no es menor.
El negocio detrás de la Copa del Rey
Desde hace años, la RFEF ha convertido la final de Copa en uno de sus mayores activos comerciales, vendiéndola como un evento premium dentro y fuera del país. La elección de estadios como La Cartuja de Sevilla, la escenografía de gala y la venta de derechos internacionales refuerzan la idea de que no se trata solo de fútbol, sino de un producto global con proyección económica.
Y en ese contexto, una final entre Real Madrid y FC Barcelona, el famoso "Clásico", es el escenario soñado. Si además está Kylian Mbappé sobre el césped, la ecuación es perfecta: audiencias millonarias, impacto mediático internacional y cifras astronómicas en patrocinio, televisión y promoción institucional. La presencia del astro francés convierte un evento nacional en un espectáculo de alcance planetario.
¿Influencia encubierta sobre los árbitros?
Lo que empieza a generar sospechas es el cuidado con el que se está tratando la acción de Mbappé en los despachos. Aunque la entrada fue dura y punible, el acta redactada por Soto Grado evitó describir la jugada como una "agresión", lo que habría implicado una sanción mínima de cuatro partidos, dejándolo fuera de la gran cita del próximo 26 de abril en Sevilla.
Al hablar simplemente de “entrada con fuerza excesiva en disputa del balón”, la sanción se reduce a un marco de 1 a 3 partidos, lo que permitiría al francés cumplir la suspensión antes de la final. Curiosamente, si el árbitro hubiese optado por una redacción más severa, como ha ocurrido en otras ocasiones con acciones similares, Mbappé se perdería la cita clave. ¿Casualidad?
Además, el hecho de que la RFEF haya publicado el audio completo del VAR —una práctica poco frecuente— refuerza la sensación de querer blanquear la actuación arbitral y dar por cerrado el asunto con rapidez. Todo muy controlado, todo muy medido.
Una final con Mbappé vale millones
Lo cierto es que la presencia de Mbappé en la final no es solo importante para el Real Madrid, sino también para la Federación, que se juega una gran parte de su rentabilidad anual en ese partido. Un Clásico con las estrellas sobre el césped puede reportar cifras récord en venta de entradas, derechos televisivos internacionales, acuerdos de patrocinio y proyección institucional del fútbol español.
Por eso, en los pasillos del fútbol profesional se comenta con cierta resignación que la RFEF tiene más que interés deportivo en cómo se resuelvan ciertos expedientes disciplinarios. Primero, que la final sea Barça-Madrid, y segundo, que los grandes nombres estén presentes. La ecuación es sencilla: más estrellas, más dinero.
¿Un peligro para la credibilidad del fútbol?
El caso Mbappé pone sobre la mesa un debate incómodo: ¿puede el interés económico de la Federación influir en la justicia deportiva?. ¿Hasta qué punto un arbitraje, un redactado en un acta o una decisión del Comité de Competición están libres de presiones cuando hay millones en juego?
Por ahora, Mbappé se perderá al menos un partido, pero todo apunta a que sí estará disponible para la final del 26 de abril en La Cartuja. Y mientras tanto, la sombra de la sospecha vuelve a planear sobre un fútbol donde los negocios y el espectáculo a veces pisan demasiado fuerte sobre el terreno de la neutralidad.